La modalidad de estudio en línea proporciona una gran autonomía para el aprendizaje y la formación académica, además de brindarte la posibilidad de estudiar lo que desees desde cualquier parte del mundo. No obstante, es fundamental entender que se requiere de madurez y organización para obtener resultados fructíferos. Además de establecer un espacio dedicado al estudio donde tengas acceso a buena iluminación, te sientas cómodo y se minimicen las distracciones. Por lo que te mostraremos cinco hábitos que te ayudarán a estar mejor preparado para que tu rendimiento bajo esta modalidad de enseñanza sea el mejor posible.

Universidad en línea: conoce su impacto en las formas de enseñanza.

  1. Apégate a un horario: 

Las clases en línea ofrecen una gran flexibilidad, pero es necesario dedicarles tiempo como a las clases tradicionales. Como estudiante a distancia, puedes acceder a la plataforma en línea de la universidad cuando quieras, lo que supone una gran ventaja si se le da la utilidad correcta. Pero en caso contrario puede jugar en tu contra y la sensación de libertad puede llevarte a la procrastinación. Por lo que, aunque combines tus estudios online con otros proyectos o el trabajo, resulta beneficioso adherirse a un horario para cumplir con ellos.

Ya sea que trabajes por la mañana y estudies por la tarde o reserves la noche para ponerte al día con tus materias, lo importante es que establezcas un horario de la forma que más te convenga y te sea más fácil de cumplir con él. De esta manera podrás crear una rutina que te ayudará a canalizar el tiempo dedicado a estudiar de una forma más productiva.

Ventajas de Estudiar en Línea
  1. Empieza los proyectos y actividades con antelación:

 

Esta es una buena práctica sin importar la modalidad de estudio. Pero al estudiar por nuestra propia cuenta de manera online puede resultar más difícil recordar que, mientras más pronto comencemos un trabajo o empecemos a estudiar para un examen, nuestras posibilidades de obtener una buena calificación crecen exponencialmente. Por lo que al conseguirnos una nueva asignación con una fecha de entrega que pueda parecer holgada, no debemos confiarnos y pensar que disponemos de mucho tiempo para completarla.

  1. Ve más allá de lo básico 

Tu instructor pondrá a tu disposición lecturas y distintos materiales de índole didáctico o multimedia complementarios, que te ayudarán a crear una base más sólida sobre el tema que estés estudiando. Sin embargo, para aumentar tus conocimientos y estar siempre un paso más adelante, lo que a su vez te convertirá en un mejor profesional, es desarrollar la costumbre de profundizar en lo que estudias, buscando más material y recursos por tu propia cuenta.

  1. Confirma los requisitos técnicos necesarios: 

Una de las principales diferencias entre estudiar en línea y en el aula, es que somos responsables del correcto funcionamiento de la plataforma y de las herramientas que necesitamos para llevar a cabo las distintas actividades que se nos asignen. En la mayoría de los casos cualquier computadora o portátil de los últimos cinco años, con acceso a internet, será más que suficiente. En caso de requerir algún software extra para un curso, lo más probable es que tu tutor te facilite material sobre su funcionamiento. Aun así, es bueno mantener instalados y actualizados aquellos programas de uso más común que de igual manera puedas llegar a necesitar, como editores de texto, video y otros softwares de ofimática. De igual forma es bueno contar con audífonos cómodos para escuchar las clases en línea de forma más inmersiva, y tener una impresora configurada y con cartuchos llenos para reproducir cualquier material que necesites.

  1. No temas en pedir ayuda 

En un salón de clases el profesor o profesora solo necesita mirar a la multitud y ver un montón de rostros confundidos para darse cuenta de que su explicación no está llegando a la mayoría de sus alumnos, y que debe cambiar su enfoque sobre la marcha para corregir esto. En cambio, en línea es más difícil percatarse de situaciones similares, a menos que se diga explícitamente. Por lo que nunca debes tener miedo de solicitar aclaraciones a tu tutor o incluso a tus demás compañeros del curso si no has comprendido del todo bien algún contenido. De esta manera, además de mejorar tus relaciones con compañeros y profesores, también ayudarás a tus tutores a entender mejor tus necesidades de estudio.

Ante todas las cosas es importante que, aunque tu cuerpo no se encuentre en el aula, tu mente sí debe estarlo. Todas estas recomendaciones te ayudarán a enfocarte de forma positiva y cumplir con tus objetivos académicos.